no sé cómo más decirte
sin saber a nada que existo
ahíto de la dulzura de tus labios
extíntos
tú
el maldito
no sé cómo más decirte
te estimo
no sabemos hablar de lo idéntico
con muertos símbolos
no sé cómo decirte un trazo
cuando el mundo es ido
en una espiral de genocidio
y sin embargo sonreímos
avergonzándonos de nosotros mismos
el medio grito de silencio
de un niño descabezado
retumba en el diván del teclado
reducido
a un hombre desencajado
ésta verdad
una niña testimonia como se sufre
tras el secuestro de un malnacido
tú y yo sonreímos
mientras reniego
adónde vamos cuando ya habíamos venido
la condición se esfuma
del tránsito de este camino
reniego a lo convenido
caminamos por las cunetas
de la podredumbre de lo podrido